Hace cien años el país vivía con frenesí un proyecto modernizador similar al actual. Sin duda hubo importantes progresos, pero también una gran destrucción del patrimonio cultural. Tal fue el caso del Puente de Cal y Canto, construcción colonial de gran relevancia histórica que en 1888 estaba en buen estado de conservación y prestando un vital servicio a la comunidad. Sin embargo, una ley de la República autorizó su destrucción, un funcionario de gobierno socavó sus cimientos, y una crecida del río Mapocho
adelantó su desaparición. No obstante, a diferencia de hoy, se levantaron múltiples voces de protesta y el pueblo de Santiago perpetuó su memoria…

El Puente de Cal y Canto

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